domingo, 8 de enero de 2012

SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

La primera vez que se habló de “sociedad del conocimiento” fue en 1969, cuando Peter Drucker la usó en sus estudios al respecto de determinados elementos del management, pero no fue hasta 1990 cuando los investigadores Mansell y Stehr comenzaron a publicar sus tesis cuando empezamos realmente a hablar de ella. Las claves para entender el concepto parten de la “sociedad de la información” y se encaminan hacia aspectos globales y colaborativos para compartir los conocimientos: democratización, globalización y universalidad del conocimiento. ¿Pero en qué consiste exactamente? Es una sociedad que se basa en el progreso social, ético y político (la sociedad de la información se basa en el progreso tecnológico), pero lo cierto es que no existe hoy por hoy un modelo único debido a la diversidad cultural y lingüística en nuestro planeta, por lo cual resulta un reto interesante para la gran mayoría de culturas y países. Cuando hablamos de información hablamos de hechos y acciones, mientras que al hablar de conocimiento estamos refiriéndonos a la interpretación de dichos hechos y acciones, lo cual implica necesariamente como referente a la diversidad, que juega un papel trascendental en la sociedad del conocimiento: sin embargo, el conocimiento no es algo que pertenezca a un sólo individuo, sino un activo objetivo y global.

La diversidad y la colaboración en la sociedad del conocimiento

Los que hemos estado en otros países un tiempo hemos aprendido bastante sobre el choque cultural” y por supuesto, el “choque cultural inverso”, no en vano cuando vas y vienes a menudo, tarde o temprano te vas a ver en la tesitura de algún malentendido “cultural”. No obstante, la diversidad no debe nunca ser entendida como algo negativo o como una desventaja, sino que debemos aprender a gestionarla del modo más adecuado a nuestro propósito, ya sea adecuarnos a una sociedad determinada o unificar criterios en un equipo de trabajo: es más, la diversidad nos proporciona un elemento crucial en muchos proyectos, perspectivismo. Tener en un grupo de trabajo diferentes perspectivas provinientes de la diversidad cultural y social nos aporta una gran cantidad de soluciones y puntos de vista enriquecedores que debemos tener muy en cuenta no sólo para tratar nuestro equipo, sino el proyecto en sí. En un grupo multicultural la diversidad no tiene por qué ser un muro de enfrentamientos, sino una puesta en común que demuestre lo que ya tantas veces hemos repetido de “nadie lo sabe todo, pero todos saben algo”, si a esto le añadimos ese factor de visión global, el éxito está más seguro. En el primer grupo multicultural que gestioné había una persona de África, dos de Asia, dos de Europa y tres de América (Norte y Sur).

Debo admitir que en algunas ocasiones era complicado gestionar un grupo tan variopinto, no sólo por las obvias barreras lingüísticas, sino por las desaveniencias y problemas en la gestión de workflows y distribución de tareas. Eso sí, al final, cuando conseguimos estar todos en el mismo sitio, el trabajo y el proyecto funcionó incluso mejor de lo que yo había pensado: las claves son mostrar el camino hacia la integración, compartir conocimientos, ideas y experiencias, de ese modo es más fácil y posible que tus empleados lleguen a ser “knowledge workers“.

Educación y sociedad del conocimiento

Que la educación es uno de los pilares fundamentales en los que se cimientan y sostienen las civilizaciones y la cultura es un hecho indiscutible, por ello es fundamental su papel en la sociedad del conocimiento. Si profundizamos un poco más en el conocimiento, nos encontramos que exiten cuatro tipos:
* conocimiento sobre procedimientos, los que atañen al “cómo” hacer algo, y aunque en principio no parecen sugerir una gran dificultad de aprendizaje, puede ser un auténtico dolor de cabeza cuando tratamos con personas con diferentes mundos referenciales.
* conocmientos explicativos, los que nos enseñan el “por qué”, que en muchas ocasiones pueden plantear todo tipo de dudas y de vacíos.
* conocimientos descriptivos, en este caso, no sólo los mundos referenciales y la diversidad cultural se interponen, sino la lengua: hay que recordar que un idioma es mucho más que usar términos diferentes para llamar a las cosas, sino que suponen una forma diferente de organizar el mundo, las ideas. Por ejemplo, para lo que en español es “cielo”, en inglés existen dos términos “heaven” y “sky”, con diferentes significados que un angloparlante no confundiría.
* conocimiento del comportamiento, que nos muestra los hechos e información e implica un esfuerzo cognitivo superior que no todos alcanzan en ocasiones, y debemos ser un apoyo esencial en todo momento para asegurar la integración.

En un mundo conectado en tiempo real como el que vivimos, la información y el conocimiento son dos activos que debemos tener muy en cuenta porque son dos claves para el éxito, tanto individual como de grupo, sea una cultura, un país, un proyecto, una sociedad o la globalidad del mundo.

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