viernes, 3 de febrero de 2012

HACIA UNA EMPRESA SIN CORRUPCIÓN

La palabra corrupto suena a exabrupto, una práctica extrema con la que ninguna empresa se identifica. Sin embargo, la corrupción está mucho más cerca de lo que pensamos.

La corrupción empresarial es una deslealtad en la toma de decisiones de un empleado o un directivo de una empresa cuando los intereses particulares se anteponen a los intereses de la compañía.

La palabra corrupto suena a exabrupto, una práctica extrema con la que ninguna empresa se identifica. Sin embargo, la corrupción está mucho más cerca de lo que pensamos.

La corrupción empresarial es una deslealtad en la toma de decisiones de un empleado o un directivo de una empresa cuando los intereses particulares se anteponen a los intereses de la compañía.

Se trata de un grave problema para cualquier empresa porque, más allá de sus implicaciones morales y éticas, pone en peligro la estabilidad y el desarrollo futuro de la propia empresa, y compromete el equilibrio de la economía mundial.

Pero ¿pueden hacer algo las empresas contra la corrupción? El documento “La lucha contra la corrupción: una perspectiva empresarial” de la Cátedra ‘la Caixa’ de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo apunta que el sector privado forma parte del problema y, por tanto, tiene también la obligación moral de compartir responsabilidades y unir esfuerzos para combatir la corrupción.

Consejos para luchar contra la corrupción

En opinión de Antonio Argandoña y Ricardo Morel, la empresa necesita establecer una cultura corporativa ética e implementar una sólida estrategia anticorrupción.

En este sentido, la organización de la sociedad civil más importante en la lucha contra la corrupción a escala mundial, Transparencia Internacional, establece los siguientes principios básicos para las empresas:

· Conducir la actividad comercial de forma justa, honesta y transparente

· No pagar ni ofrecer sobornos, ya sea directa o indirectamente, para conseguir ventajas comerciales

· No aceptar sobornos, ni directa ni indirectamente, para conceder ventajas comerciales

· Desarrollar un programa para implementar y respaldar estos principios

Existen otras iniciativas que también han sentado bases para la lucha contra la corrupción. Por ejemplo, el Pacto Mundial de Naciones Unidas cuyo objetivo es comprometer voluntariamente a las empresas a ser socialmente responsables en materia de derechos humanos, laborales y medioambientales, así como a luchar contra la corrupción.

Por su parte, la institución independiente Iniciativa de Reporte Global (GRI, en sus siglas en inglés), propone una serie de directrices e indicadores para la elaboración de memorias de sostenibilidad para que las empresas puedan evaluar su desempeño económico, ambiental y social.

Por último, el Foro Internacional de Líderes Empresariales (IBLF, en sus siglas en inglés), organización internacional sin fines de lucro, señala que, a la hora de definir la estrategia anticorrupción, se deben contemplar tres tipos de acción: interna, externa y colectiva.

En primer lugar, la acción interna, que consiste en introducir políticas y programas anticorrupción en el seno de la propia empresa y de las operaciones de negocios, así como en evaluar los riesgos que puede conllevar la corrupción. Entre las actuaciones en el ámbito interno destacan:

Adoptar un código ético de empresa. Una vez manifestado su compromiso de respetar la legalidad, es importante que cada empresa adopte sus propios principios empresariales y códigos éticos, de acuerdo con los valores de la organización y una serie de criterios para prevenir actos ilícitos, criterios establecidos con anterioridad y debidamente difundidos entre el personal.

Definición de responsabilidades. El personal, y muy especialmente los altos directivos, deben conocer bien sus obligaciones en la gestión y aplicación de la estrategia anticorrupción. A este tenor, es importante para la empresa que todos sus empleados cuenten con la formación ética necesaria.

Considerar las situaciones específicas. Existen determinadas situaciones sobre las que conviene ser particularmente escrupuloso, tales como las donaciones a instituciones caritativas, culturales, benéficas, etc., la financiación de campañas políticas, o los “pagos de facilitación” para agilizar un proceso u operación.

Transparencia. Todas las operaciones de la empresa que supongan cobros y pagos deben recogerse puntualmente en la contabilidad o en los registros previstos.

Supervisión y control. Para combatir la corrupción, es preciso implementar mecanismos internos de informes y monitoreo. El éxito de estas prácticas depende en gran medida de establecer procedimientos de vigilancia, control y seguimiento de situaciones de corrupción dentro de la empresa.

Medidas disciplinarias y acciones de respuesta. La corrupción no debe quedar sin sanción. Fortaleciendo su estrategia anticorrupción, la empresa tiene ante sí la oportunidad de convertir un problema grave –la corrupción- en una oportunidad y una ventaja competitiva.

Asimismo, debe quedar meridianamente claro el criterio en el que se basará la empresa para devolver pagos ilícitos y resarcir a los perjudicados por actuaciones corruptas.

En lo referente a la acción externa, se propone cuatro principios destinados a combatir la corrupción:

Ser responsable y transparente. Con objeto de minimizar los riesgos de incurrir en corruptelas, resulta fundamental que la empresa sea responsable y transparente en todas las transacciones y operaciones.

Comunicar los criterios. Los criterios anticorrupción no sólo deben ser conocidos dentro de la empresa, sino que es imprescindible que sean divulgados también entre los socios, clientes, proveedores, etc.

Mecanismos de denuncia. Las prácticas corruptas también pueden ser denunciadas a instituciones externas que regulan el sector, e incluso a las autoridades gubernativas y judiciales.

Supervisión y control. Como en la acción interna, el éxito de la acción externa pasa también por establecer procedimientos de vigilancia, control y seguimiento de situaciones de corrupción dentro de la empresa.

Por último, en cuanto a la acción colectiva se señalan dos actuaciones:

Tomar medidas empresariales colectivas. La voluntad de una empresa de erradicar la corrupción puede no ser suficiente, porque la empresa se encuentre en un contexto mucho más amplio donde abunden las corruptelas. En tal caso, la acción colectiva con otras empresas es la mejor solución.

Buscar la excelencia. Las empresas comprometidas en la lucha contra la corrupción deben ser perseverantes en su actitud de actuar siempre con arreglo a las normas legales y morales.

A tal efecto, puede resultar muy beneficiosa la colaboración entre empresas, así como la cooperación de éstas con gobiernos, asociaciones empresariales, organizaciones de la sociedad civil, etc.

En definitiva, los beneficios de institucionalizar una política anticorrupción son evidentes: facilita la creación de un clima de mayor confianza dentro de la organización, consolida la lealtad de los grupos de interés y dota a la compañía de una sólida reputación de empresa socialmente responsable, lo que sin duda se traduce en mejores resultados económicos, sociales, humanos y éticos.

jueves, 2 de febrero de 2012

EL PODER DE LA GERENCIA ETICA

El ejercicio de la ética es probablemente uno de los asuntos más urgentes que atender para mejorar la calidad de la práctica profesional hoy en día. En un momento en que nuestras organizaciones empresariales y organísmos públicos están inmersos en la búsqueda de alternativas y consensos para lograr competitividad, consolidación económica y credibilidad social,  son importantes los esfuerzos que contribuyan a la creación de una conciencia colectiva en torno al valor de la integridad como forma legítima de lograr resultados efectivos en cualquier aspecto de la vida.
 
Con este trabajo pretendemos aportar algunas consideraciones e ideas respecto a cómo encarar los dilemas éticos a los que se enfrenta un gerente en su ejercicio cotidiano, sea en la empresa privada como en la gestión pública. Trataremos del poder real que posee la creación de un ambiente ético en el logro de los resultados organizacionales, y describiremos los principios en los que se fundamenta el éxito de las personas y organizaciones con altos valores éticos.
 
Estamos concientes del riesgo que supone abordar el tema de la práctica gerencial ética.  Dondequiera que miramos hoy encontramos signos de un deterioro ético acrecentado, tanto en la conducta  profesional individual, como en la  práctica familiar, comunitaria, institucional y hasta nacional. Pero creemos firmemente que de todos modos tratar el tema no es un desperdicio intelectual. Es más, estamos seguros de que estas reflexiones son lo más importante y urgente que podemos aportar en estos momentos a la sociedad, no solo para la edificación de los demás, sino sobre todo para fortalecer nuestras propias convicciones sobre el particular.

Un paradigma distorsionado sobre el éxito

En el mundo de los negocios es común escuchar sobre “empresarios”  caidos en desgracia porque han hecho “inversiones temerarias” que los han dejado sin liquidez para responder a las expectativas de sus clientes y socios comerciales. En la administración pública, con frecuencia se hacen denuncias y sometimientos a funcionarios involucrados en desfalcos y malversacion de fondos contra las instituciones bajo su administración. Hasta en la educación se han presentado escándalos por la falsificación de títulos y la comercialización ilícita de los servicios  y materiales de enseñanza. En todos los casos una creencia común parece motivar a las personas actuar de esa manera. Se trata de un paradigma que se ha hecho cada vez más popular y que al parecer se ha ido constituyendo en único medio  posible para  lograr el éxito: hay que engañar para triunfar.
 
“Engañar para triunfar” está basado en la creencia de  que tener éxito significa  tenerlo todo en poco tiempo, acumulando fama, riqueza, prestigio, bienes, y hasta reputación sin invertir el tiempo y esfuerzo legítimos y necesarios para alcanzar dichos propósitos. Equivale a una carrera desenfrenada para “lograr lo que uno quiere a toda costa”. Pero en la práctica, esta  resulta una forma inefectiva de pensar y actuar. Revela una deficiencia de carácter y una baja autoestima. Deficiencia de carácter porque quien engaña para querer triunfar no es capaz de dominar sus impulsos y deseos, y mucho menos actuar basado en principios y valores. Asimismo revela una baja autoestima debido a que la persona que se siente bien sobre sí misma y tiene confianza en su poder personal para lograr las cosas que merece, hace un esfuerzo  consciente para superar las presiones internas y externas que lo invitan a hacer lo que siente que es incorrecto. Tiene el carácter para esperar su tiempo, para hacer lo correcto y oportunamente obtener sus beneficios.
  
Por otro lado, las personas que se aventuran a engañar para triunfar en realidad son perdedoras. No son capaces de hacer lo que es propio por temor a perder la oportunidad de alcanzar algo que para ellos parece expedito, lucrativo y popular. Se enfocan solo en el costo de oportunidad, y no en el valor a largo plazo de las acciones y decisiones en su vida.
 
Lo dañino del incremento y popularización de una conducta intemperante y anti ética es que promueve un falso modelo de éxito, con la consecuencia de que va degenerando las bases nuestra cultura corporativa y/o social. Este fenómeno, precisamente , es lo que ha marcado la decadencia y desaparición de las más famosas sociedades e imperios de la história. Por eso creemos que el riesgo y consecuencias de este popular paradigma pueden y deben enfrentarse con  el establecimiento y promoción  de un sólido código de moralidad y conducta ética en las organizaciones, junto con la educación contínua dirigida y modelada de manera coherente desde las instancias de liderazgo de la sociedad toda. Solo con un esfuerzo oportuno y consistente en este sentido se puede lograr un verdadero desarrollo económico, social y cultural.
 
No hay manera corrrecta de hacer algo incorrecto
 
En su libro “El Principio del Poder”, el educador y conferencista Blaine Lee afirma que  “los principios por los que uno vive crean el mundo en que uno vive, y que cuando cambiamos estos principios tambien cambiamos el mundo en que vivimos”. Simpatizamos plenamente con esa afirmación. Pudieramos no querer actuar basado en normas y reglas que delimiten nuestras acciones en la sociedad u organización, pero si queremos obtener resultados duraderos estamos obligados a regirnos por dichos parámetros. Es que “una vida sin principios es como un toro en una tienda de cristal”, como ha dicho Peter Block._
 
 La mejor manera de lograr efectividad profesional, gerencial, paternal, en fin, como líder, es basando nuestras acciones en principios. No hay otra manera de ser efectivos. Y es que “no hay manera correcta para hacer lo incorrecto”, como asegura el experto  Ken Blanchard._
 
Una buena noticia es que en el mundo empresarial ya hay corporaciones que están conscientes de la necidad “coducirse por principios” y no por las meras ganancias o las dichosas “oportunidades de mercado”._
 
Un ejemplo de compromiso corporativo con lo correcto podemos verlo la difusión de documentos organizacionales que describen Practicas Eticas Corporativas, Principios para las Operaciones Globales, Normas de Negocios, Código de Conducta para los Empleados, y asi por el estilo. En todos estos manifiestos se recalca el valor del desempeño ético como esencia del compromiso de las empresas. Envian un fuerte mensaje a ejecutivos, gerentes y empleados sobre la manera correcta de triunfar en las organizaciones. Constituyen un espejo en el que se reflejan los principios que norman las prácticas cotidianas en la organización.
 
En un folleto en que se describen las Normas Comerciales para las Operaciones Globales de la Corporación Sara Lee, pueden leerse las siguentes palabras de introducción, firmadas por  John Bryan, su Presidente y Director Ejecutivo (CEO):_
 
“Nuestra Corporación es un líder comercial a nivel mundial. Todos juntos nos enorgullecemos de la reputación que nuestras marcas y nuestras compañías han logrado entre nuestros consumidores, nuestros socios comerciales y las comunidades en las que vivimos y desarrollamos nuestras actividades alrededor del mundo. Nos sentimos igualmente orgullosos de poder producir magníficos resultados para los accionistas que han depositado su confianza en nosotros”.
 
“Nuestra reputación depende de que cada uno de nosotros trabaje de tal forma que podamos cumplir nuestras promesas y llevar a cabo nuestras responsabilidades. Los accionistan confian en nuestras decisisones. Los consumidores cuentan con que nosotros respaldaremos los productos que vendemos. Nuestros socios comerciales toman decisiones basadas en la confianza que nos tienen. Las comunidades donde desarrollamos nuestras actividades comerciales esperan que nos comportemos como ciudadanos responsables. Y los empleados cuentan con ser tratados con la honestidad, el respeto, la equidad que todos mercemos”.
 
“Las responsabilidades y normas que señalamos aquí no son una novedad. Nuestra Corporación se ha guiado por un Código de conducta durante muchos años y nuestras empresas se enorgullecían de sus prácticas plena de ética mucho antes de que tuviésemos ese código. Estas Normas Comerciales Mundiales son un resumen y un recordatorio de nuestros principios y responsabilidades esenciales, que hemos desarrollado luego de escuchar a miles de empleados en todo el mundo quienes nos han descrito la ética y los valores que son importantes para ellos al desempeñarse comercialmente en nombre de la corporación”.
 
“Nuestras responsabilidades pueden resumirse en cuatro palabras: HACER SIEMPRE LO CORRECTO. Esto no significa que haremos lo correcto sólo si nos conviene o que haremos lo correcto a menos que esa actitud nos impida lograr objetivos financieros. TRIUNFAR MEDIANTE LA INTEGRIDAD significa hacer planes y hacer lo correcto”.
 
 Entonces no hay lugar a dudas, el mensaje  para los grupos interesados en esa organización está claro: no hay manera correcta para hacer algo incorrecto. Dicho de otra manera, la única manera de triunfar para ellos es mediante la integridad.
 

LA ETICA GERENCIAL ESTA BASADA EN PRINCIPIOS, NO EN VALORES SOCIALES

Mahatma Gandhi, quien puso de rodillas al Imperio Británico con el peso de sus ideas y no con el peso de su espada, decía que hay siete cosas que nos pueden destruir, a saber, Riqueza  sin trabajo, Placer sin Conciencia, Conocimiento sin Carácter, Comercio sin Moralidad, Negocios sin Ética, Ciencia sin Humanidad, Religión sin Sacrificio, Política sin Principios. Como podrá notar el lector, todas estas cosas están relacionadas con valores sociales actuamente aceptados como “normales”. Pero hay que aclarar que por ser valores sociales en ningun modo quiere decir que están basados en principios. Un principio es una ley natural, universal, autoevidente y siempre efectiva (Covey,1995). En contraste, un valor social es aquella práctica o creencia a la que un grupo dominante de la sociedad le atribuye importanci o preminencia, haciendolo un modelo para la mayoría. Como la ética está basada en principios y no en valores sociales, el antídoto para estos “Pecados Capitales” es hacer evidente el compromiso con actitudes basadas en principios y leyes naturales, y no en valores sociales.
 
El Dr. Stephen R. Covey, autor de libros como Los Siete Habitos de las Personas Altamente Efectivas y Liderazgo Centrado en Principios, ha trabajado sobre los “pecados capitales” mencionados por Gandhi, desarrollando algunas reflexiones de las cuales citaremos algunos ejemplo para recalcar la naturaleza nociva de los valores sociales (y comerciales) que han estado cobrando popularidad  progresiva, especialmente en el mundo empresarial, y a la vez promover el fin de este artículo: No es necesario engañar para triunfar. Me refiero a los “pecados” de Riqueza  sin trabajo,  Comercio sin Moralidad, y Negocios sin Ética.

Según el Dr. Covey, Riqueza  sin trabajo se refiere a la “práctica de lograr algo a cambio de nada. Eludir trabajar para producir un valor agregado, hacer dinero sin pagar impuestos, beneficiarse de programas gubernamentales sin asumir una justa porción de las cargas financieras, disfrutar de los privilegios de ser ciudadano de un país o parte de una empresa sin asumir ninguno de sus riesgos o responsabilidades”.
Covey continua diciendo que “solo se cosecha lo que se siembra y se cuida durante su crecimiento”, y aplica este conocimiento afirmando que la justicia y el juicio son inevitablemente inseparables. Asi que en la medida en que el ejecutivo se aleja de los principios y leyes naturales, su capacidad de juicio es afectada en forma adversa.
Muchas organizaciones con problemas han seguido un patrón en el cual sus ejecutivos se han alejado de estos principios naturales y caído en la fácil tentación de oírse  a sí mismos, a construir de más, pedir prestado de más, y especular de más; alejándose de los principios conservadores de sus fundadores quienes se mantuvieron apegados a lo fundamental, manteniendo sus empresas pequeñas, flexibles, manejables,  y libres de deudas.
 
Por otro lado, Comercio sin Moralidad, Negocios sin Ética  se refiere a olvidar o ignorar lo esencial de los fundamentos morales del sistema comercial y empresarial. De hecho, en su libro Sentimientos Morales, que precedió a La Riqueza de las Naciones, Adam Smith explicaba cuan esenciales son dichos fundamentos morales. Fundamentos como el espíritu de benevolencia, servicio y contribución. Si se ignoran estos fundamentos y se deja que los sistemas económicos operen sin ellos, pronto emergen sociedades y negocios amorales, y hasta inmorales. ¿Acaso no es esto lo que nos estamos acostumbrando a ver en la cotidianidad actual?
 
Sobre este “pecado” anti-ético, Stephen Covey afirma que cada transacción comercial y/o decisión gerencial es un reto moral que debe buscar la equidad entre las partes involucradas. Covey asegura: “Cuando Ud. oiga que “la mayoría” de las transacciones comerciales son morales, ello significa que algo está sucediendo en el fondo que queda escondido, disfrazado, secreto. Para justificar dichas actitudes, la gente usa racionalizaciones y mentiras para convencerse de que no es necesario ajustarse a leyes naturales”.  Entonces la conciencia es cauterizada por el racionalismo complaciente y se pierde todo sentido de moralidad y ética. El falso razonamiento de que “todo el mundo lo hace” llega a gobernar la conducta colectiva.

No hay almohada más cómoda que una conciencia tranquila.

 
Cualquier gerente que se enfrente decisiones éticas necesita primero examinar la situación desde diferentes puntos de vista, para estar conciente de sus opciones y de los motivos que originan sus intenciones. Necesita realizar lo que se ha llamado  “Verificación Etica”, un auto-examen que consiste en tres preguntas que ayudan al gerente a aclarar las zonas grises de situaciones eticamente confusas(Blanchard, 1988).   Estas tres preguntas son:
 
·        ¿Es Legal? ¿Estaría violando alguna ley civil, comercial? ¿Va en contra de alguna política de la empresa?
·        ¿Es equilibrada?  ¿Es conveniente para todos los implicados no solo a corto plazo sino también a largo plazo? ¿Promueve relaciones ganar-ganar?
·        ¿Como me haría sentir acerca de mí mismo?  ¿Me haría sentir orgulloso? ¿Me sentiría bien si mi decisión u acción se publicara en el periódico? ¿Me sentiría bien si mi familia se entera?
 
A nuestro juicio, el entrenamiento constante en el uso de estas preguntas guiadoras desarrolla en las personas un sentido de responsabilidad consciente que conduce con el tiempo a patrones de conducta correcta, en hábitos de  efectividad. “Y una vez se ha formado el hábito, la toma de decisiones es más fácil” (Covey, 1996).
 
Pero, ¿Como puede un gerente asegurar resultados aceptables de negocios, y a la vez demostrar compromiso con  las prácticas éticas? A simple vista esta pregunta parece estar relacionada solo con la intensión de tomar las decisiones eticamente correctas. Sin embargo, el aspecto más dificil de la conducta ética no es solo decidir lo que es correcto, sino hacer lo que es propio.
 
Una persona de principios tiene que estar preparado para actuar de manera que sea consistente con sus  propios valores personales, y a la vez en consistencia con los valores de la organización que representa. Por eso es vital que el gerente no solo dedique tiempo a defnir los valores que determinarán el límite para sus decisiones, sino que necesita ejercitarse en la práctica de cinco principios que lo capacitarán para hacer frente a los desafíos de un entorno  racional anti-ético .
 
Los 5 Principios de la conducta gerencial Etica.
 
Propósito.  Es verse a sí mismo como una persona confiable e Integra. Permitir que su sentido de conciencia sea su guia. No  importa lo que pase, siempre es capaz de verse al espejo y sentirse bien respecto de sí mismo.
Orgullo. En el buen sentido de la palabra, sentirse bien respecto de sí mismo. No necesitar la aceptación de otros  para sentir que está haciendo lo correcto. Desarrollar una adecuada auto-estima y no dejar que la opinión  popular influya en su carácter.
Paciencia.  Creer que las cosas irán eventualmente bien. No esperar que las cosas sucedan ahora mismo. Ir  a su propio paso, no al de los demás.
 
Persistencia.  Mantener su propósito, el fin en mente, sin importar la conveniencia circunstancial. Elcomportamiento es consistente con las intensiones. No someterse, pero tampoco rendirse.
 
Perspectiva.  Reflexionar sobre los valores y  principios personales y organizacionales. Mantener el enfoque y escuchar la brújula interna para ver el futuro de manera más clara.
  
Etica Gerencial: Un enfoque Práctico
 
A modo de reflexion final, quisiera exponer algunas  posibles alternativas para el gerente que esté dispuesto mantener integridad en medio de la duplicidad de carácter que retrata este tiempo. Se trata de un enfoque pragmático para la ética en los negocios, cuyo precursor es el Dr. Alex Michalos, editor la revista norteamericana Journal of Business Ethics.
 
Michalos Plantea que la conducta moral descansa sobre la adopción de un punto de vista moral. Es decir, cultivar los principios éticos como creencias personales que dicten las decisiones resulta en comportamientos éticos consistentes con dichas creencias. Michalos sugiere centrar el enfoque en dos principios para el ejercicio gerencial:  El Principio de Beneficencia—tomar acciones para mejorar la calidad de vida, y el Principio de No Daño—evitar los problemas. 
 
De manera que la gerencia ética tiene como motivación el bien común y la consecuente resistencia a provocar problemas. Las consecuencias dictan las decisiones y acciones. Este es un enfoque pragmático que debe cultivar todo gerente comprometido con la conducta ética.
 
Reflexiones Finales.
 
Tanto la familia, como las instituciones y organizaciones sociales viven en un reto permanente por sobrevivir.   En las postrimerías de un milenio, todavía tenemos que discutir cuestiones esencialmente básicas para la convivencia social humana. La necesidad de un ejercicio ético se debate en los foros profesionales, empresariales y políticos. Muchos argumentos se levantan para justificar actitudes y comportamientos que dejan mucho que desear en los campos privado y público. 
 
De todos modos la responsabilidad por el rescate de los valores y principios legítimos que pueden dar continuidad y prosperidad a nuestra civilización sigue siendo de cada individuo.  Por eso no apelamos ya a la institucionalización de códigos de conducta moral desde los estamentos de poder, ni desde  las oficinas ejecutivas de las grandes corporaciones. La ética debe ser parte de la educación del individuo dede su infacia, reforzada especialmente por la educación familiar y formal.
 
El desarrollo no se puede simular. Hay leyes que lo  determinan. Una de esas leyes es la llamada “ley de la cosecha”. Sea que resulte claro o no, usted cosecha lo que siembra.  Por eso hay que reconocer que si queremos una gerencia más ítegra, éticamente efectiva hay que comenzar desde ahora a educar en los principios éticos a las próximas generaciones de gerentes.

domingo, 29 de enero de 2012

ÉTICA PROFESIONAL Y RESPONSABILIDAD SOCIAL EN EL SIGLO XXI

Etica Profesional como concepto tiene una íntima relación con la responsabilidad social. Tanto que es la Etica profesional la que posibilita llevar a la práctica los valores que pregona la Responsabilidad Social y es la Etica la que nos ayuda a ejercer la responsabilidad en un marco de coherencia y correspondencia social. Para que la responsabilidad social (RS), responsabilidad social corporativa (RSC), responsabilidad social empresaria  (RSE) puedan acometerse y no sólo sean respetadas a la distancia, se necesita de profesionales que sean éticos.

La Responsabilidad Social tiene subsumida en sí un conjunto de premisas, principios, valores, y normas de conducta que se han establecido por el colectivo social como elementos representativos de la denominada Responsabilidad Social. La Etica sin embargo, no prescribe ninguna norma o conducta, tampoco la ética nos obliga o nos recomienda que deba ser realizado. Su propósito se relaciona entre otros factores con la praxis, con el cómo se ha de aplicar en los distintos contexto profesionales y personales de nuestra vida los valores sociales.

Sabiendo que el procedimentalismo ético no recomienda ningún valor social concreto, sino que centra su campo de acción en resolver los procedimientos que den legitimidad a estos principios. La Ética entonces es una praxis racional de los principios y conceptos relacionados a la Responsabilidad Social, desde una perspectiva de igualdad, universalidad e interactividad con los actores del contexto de aplicación e implicaciones.

El contexto actual requiere con urgencia que los profesionales de las empresas y organizaciones practiquen la responsabilidad social y sean éticos, necesitamos que los actores de la innovación institucional sean competentes, creativos, contextuales, conceptuales y que comprendan que la solidaridad es la clave para lograr la sostenibilidad y para afrontar  esta crisis de legitimidad que vivimos.

Hoy se necesita que las personas en las organizaciones entiendan que la Responsabilidad Social, Corporativa o Empresaria (Según el contexto de aplicación); debe de la mano de la ética profesional dejar de ser sólo discurso y reflejarse en la acción cotidiana, en los actos, en las actividades, en las tareas y en nuestro trabajo diario.

Este proceso  de entender cómo bajar a la realidad cotidiana de nuestros actos estos principios es un trabajo  de conceptualización colectivo, aquí presentamos un documento que busca contar claramente como se puede llevar a la práctica la Responsabilidad Social.

EN LA PRÁCTICA:

Dimensiones abordadas:
  1. La  Ley.
  2. Los Derechos Humanos.
  3. El Medio Ambiente y Generaciones Futuras.
  4. La organización en la que se trabaja.
  5. La Profesión.

Un profesional es Responsable y Etico ante la  Ley

  • Cumpliendo las convenciones y declaraciones internacionalmente reconocidas y con sus instrumentos en vigencia.
  • Cumpliendo con todas las leyes, regulaciones, normas del país en el que se reside y en el que se trabaja.
  • Alejándose  de cualquier forma de corrupción, extorsión y soborno.
  • Cumpliendo con los legítimos contratos y compromisos adquiridos.
  • Conociendo el alcance de su responsabilidad profesional tanto en lo civil y como en lo penal, y las sanciones aplicables al incumplimiento de los deberes relacionados con su profesión.
  • Cooperando con la justicia siempre que se lo requiera.
  • Denunciados actos fuera de la ley de los que sea testigo y se posea las pruebas objetivas requeridas por la justicia para demostrar el hecho denunciado.

Un profesional es Responsable y Etico ante los Derechos Humanos

  • Procurando condiciones de trabajo dignas que favorezcan la seguridad, salud laboral y el desarrollo humano y profesional de los empleados y colaboradores.
  • Absteniéndose de ser cómplice de abusos a los derechos humanos cometidos contra cualquier persona sin importar si el profesional tiene o no relación con ella.
  • Asegurándose que todo personal a su cargo sin excepción conoce los derechos humanos y culturales y de no ser así capacitarlos para que lo conozcan.

Un profesional es Responsable y Etico ante el Medio Ambiente y las Generaciones Futuras

  • Respetando el medio ambiente evitando en todo lo que este a su alcance  cualquier tipo de contaminación minimizando la generación de residuos y racionalizando el uso de los recursos naturales y energéticos.
  • Asumiendo iniciativas para promover la prevención y una mayor responsabilidad medioambiental.
  • Previniendo en todo lo que pudiere la contaminación del medio ambiente y el calentamiento global
  • Consumiendo con responsabilidad: el agua, la electricidad, el gas natural y otros recursos.
  • Cuidando con la tierra que heredaran las futuras generaciones.

Un profesional es Responsable y Etico ante  la Comunidad

  • Procurando un impacto social positivo sobre las personas de su entorno y sobre las comunidades en las cuales operan.
  • Respetando a las personas locales y a los pueblos originarios, sus valores, tradiciones y el aporte de su cultura al contexto social.
  • Asegurándose que las comunidades en las cuales trabajan, estén informadas de manera oportuna de cualquier factor que pudiera ser necesario que conozcan por su impacto social.
  • Contribuyendo con el desarrollo económico de las comunidades en las que desempeña su labor.
  • Sirviendo a la comunidad  y a la sociedad con productos y servicios útiles y en condiciones justas.
  • Procurando una distribución equitativa de la riqueza generada.

Un profesional es Responsable y Etico ante la Organización en la que se trabaja

  • Aceptando sólo prestar servicios para los cuales se tiene el entrenamiento adecuado para realizar las actividades en un marco de calidad y responsabilidad técnica.
  • Recibiendo una retribución económica justa que guarde relación con la tarea realizada.
  • Absteniéndose de aprovecharse de situaciones que puedan perjudicar a quien haya contratado sus servicios.
  • Respetando el secreto profesional y de no revelar, por ningún motivo, en beneficio propio o de terceros, los hechos, datos o circunstancias de que tenga o hubiese tenido conocimiento en el ejercicio de su profesión.
  • Aclarando las relaciones que guarda ante quien patrocina sus servicios cuando emita juicio profesional que sirva de base a terceros para tomar decisiones.
  • Analizando cuidadosamente las verdaderas necesidades que puedan tenerse de sus servicios, para proponer aquéllos que más convengan dentro de las circunstancias.
  • Teniendo responsabilidad y carácter para no aceptar trabajos en los que se requiera su independencia de hecho y de apariencia, si ésta se encuentra limitada.
  • Respetando y cumpliendo todas las normas que tenga la organización para su personal y el contrato que regula la relación de laboral del profesional.

Un profesional es Responsable y Etico ante su Profesión

  • Siendo solidario con el otro, expresando en sus actos honradez, carácter, cortesía, discreción, honestidad, respeto y compromiso social.
  • Expresando cualquier juicio profesional con la obligación de sostener un criterio libre de conflicto de intereses e imparcial.
  • Realizando trabajos con calidad técnica y con una prestación de servicios adecuada en tiempo y forma alineado con las normas aplicables, legislación vigente.
  • Pagando los impuestos y las obligaciones previsionales que le correspondiera por su desempeño profesional o por la responsabilidad que se tenga por personal contratado.
  • Aceptando como una responsabilidad personal e instranferible los trabajos llevados a cabo por él o realizados bajo su dirección.
  • Rechazando las tareas que no cumplan con la moral, el honor, la dignidad y las buenas prácticas sociales.
  • Cuidando las  relaciones con sus colaboradores, con sus colegas y con las instituciones que los agrupan, buscando que nunca se menoscabe la dignidad de la profesión sino que se enaltezca.
  • Trabajando para que la sociedad en general  y los clientes gesten una imagen positiva y de prestigio, para lo cual sólo se valdrá de su calidad profesional y personal. Esto siempre sin caer en una auto-promoción carente de significado profesional y social.
  • Transmitiendo sus conocimientos contribuyendo al desarrollo de otras personas.
  • Fundando en elementos objetivos las opiniones, informes y documentos que presente el Profesional, sin ocultar o desvirtuar los hechos de manera que puedan inducir a error u otros problemas.
  • Firmando sólo informes y documentos que son necesariamente el resultado de un trabajo practicado por él o por algún colaborador bajo su supervisión.
  • Aceptando sólo trabajos para los cuales está capacitado y preparado tanto técnica como emocionalmente.
  • Asumiendo la responsabilidad por las consecuencias de cualquier informe que llevara su firma, como de cualquier secuela directa de sus actos.
  • Consultando o intercambiando impresiones con otros colegas en cuestiones de criterio o de doctrina, pero nunca deberá proporcionar datos que identifiquen a las personas o negocios de que se trate, a menos que sea con consentimiento de los interesados.
  • Absteniéndose de utilizar sus conocimientos profesionales en tareas que no cumplan con la moral y la responsabilidad social.
  • Absteniéndose de hacer comentarios sobre otro Profesional cuando dichos comentarios perjudiquen su reputación o el prestigio de la profesión en general.
  • Otorgando a los colaboradores el trato que les corresponde como profesionales y vigilando su adecuado entrenamiento, superación y justa retribución.
  • Absteniéndose de ofrecer trabajo directa o indirectamente a empleados o socios de otros Profesionales, si no es con previo conocimiento de éstos. Exceptuando aquellos casos que las personas que por su iniciativa o en respuesta a un anuncio le soliciten empleo.
  • Cimentando la reputación, compromiso social, honradez, laboriosidad y capacidad profesional, observando las reglas de ética profesional más elevadas en sus actos.
  • Enviando material de promoción tanto de su empresa como de su persona sólo a las personas que han consentido previamente el envío, solicitándolos de diferentes formas.
  • Evitando que se utilice su nombre en relación con proyectos, informes, balances, informaciones financieras o estimaciones de cualquier índole.
  • Asumiendo la responsabilidad cuando por la naturaleza del trabajo, el Profesional debe recurrir a la asistencia de un especialista y la participación de éste en el trabajo sea fundamental para alcanzar los resultados previstos, el Profesional asumirá la responsabilidad respecto a la capacidad y competencia del especialista y deberá informar claramente a su cliente las peculiaridades de esta situación.
  • Negando permiso de actuar en su nombre a personas que no sea socio, representante debidamente acreditado o empleado bajo su autoridad.
  • Puntualizando claramente en qué consistirán sus servicios y cuáles serán sus limitaciones.
  • Absteniéndose de ofrecer sus servicios a clientes de otro colega. Sin embargo, tiene el derecho de atender a quienes acudan en demanda de sus servicios o consejos.
  • Actuando exclusivamente dentro de los lineamientos convenidos con otro colega cuando éste solicite su intervención para prestar servicios específicos a un cliente. En el caso de que el cliente solicite una ampliación de los servicios originalmente establecidos para el Profesional llamado a colaborar, éste no deberá comprometerse a actuar en forma alguna sin antes obtener la anuencia del colega por cuyo conducto recibió las instrucciones originales.
  • Absteniéndose de contratar o hacer trabajo profesional por su cuenta, sin el consentimiento de los otros socios cuando se los tenga.
  • Respetando el principio de la libertad de asociación y el derecho a la negociación colectiva;
  • Negociando bajo la premisa que todas las partes deben ganar.
  • Garantizando que las personas que desempeñen un trabajo en su ámbito laboral lo hagan dentro de una relación de empleo reconocida y legal. Además bajo un ambiente de trabajo saludable y seguro.
  • Coadyuvando en el desarrollo de las personas que trabajan con él.
  • Respetando la propiedad intelectual y otros derechos de propiedad y respeto por los intereses de todas las partes interesadas.
  • Manteniendo una comunicación correcta, efectiva con contenido sustantivo para todos aquellos que trabajan con él.
  • Absteniéndose de emplear niños, ni practicar cualquier forma de trabajo forzado.
  • Absteniéndose de cualquier práctica discriminatoria e injusta en sus prácticas de empleo, ya sea basada en religión, sexo, raza, color, idioma, opinión política o de otro tipo, origen nacional o social, propiedades, nacimiento u otro estado.
  • Promoviendo en su contexto inmediato y social la práctica de la responsabilidad social, siendo ético y transparente en los actos.

TRANSPARENCIA EMPRESARIAL

Resumen
El artículo aborda el concepto de transparencia como la apertura del flujo de información social, política y económica de las organizaciones, volviéndolas accesibles, certeras y confiables. Se puntualiza que esta información debe ser pública, a menos que existan razones explícitas y justificadas para mantenerla reservada. Por otro lado, se argumenta la necesidad de que la gestión empresarial se sustente sobre principios éticos contribuyendo de esta forma a lograr niveles más elevados de competitividad apoyados en la capacidad distintiva que estos le confieren a la organización Se analizan a su vez las características fundamentales que debe poseer un líder en las organizaciones en el logro de la transparencia en la gestión ética de la empresa
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  Introducción
La sociedad informatizada está exigiendo que el comportamiento de las empresas y organizaciones integre inteligencia y sensibilidad; ciencia y conciencia; desarrollo y respeto. La gestión de toda empresa debe estar amparada por la base un código ético, que incluya el respeto por los derechos fundamentales.
Las organizaciones son la expresión de una realidad cultural, que están llamadas a vivir en un mundo de permanente cambio, tanto en lo social como en lo económico y tecnológico; o, por el contrario, como cualquier organismo, encerrarse en el marco de sus límites formales. En ambos casos, esa realidad cultural refleja un marco de valores, creencias, ideas, sentimientos y voluntades de una comunidad institucional.
De nada sirve la capacidad técnica, administrativa, o financiera de un ser humano, si carece de principios o de una formación ética

El aspecto central de las organizaciones con miras al éxito es la calidad de sus líderes con plena libertad en el sentido de su emancipación, y que sean poseedores de un alto nivel de capacidades, lo cual les permita gerenciar un cambio con visión proactiva.

Diversos autores aseveran que la gestión ética va inherente a la gestión por valores, jugando un papel preponderante los líderes que posean las organizaciones. Esto se fusiona con la idea de que en el sector empresarial está comprobado que de nada sirve la capacidad técnica, administrativa, o financiera de un ser humano, si carece de principios o de una formación ética.
El concepto de transparencia no se puede analizar sólo semánticamente. Esta sencilla palabra está íntimamente ligada con los conceptos de ética, claridad, moral pública, honestidad, exposición, e información entre otros, más aún cuando el responsable directo es el funcionario público.
  Ética empresarial
La ética empresarial no es un concepto nuevo, pensadores como Max Weber y Georg Simmel mostraron que este término está relacionado con el capitalismo. Obviamente una empresa no tiene por finalidad la ética, sino el beneficio, que recompensa el trabajo de mucha gente en común, pero sin ética no hay empresa consolidada. Ésta en definitiva permite obtener beneficios, expulsando del mercado a los tramposos; y por lo tanto, sea en forma de reglas de buen gobierno como en códigos éticos, se necesita transparencia porque da seguridad al inversor, confianza al mercado y consolida los derechos de los trabajadores y de la sociedad en general.

La "empresa ética" significa un paso hacia delante en la dirección de la extensión de derechos que lleva aparejada una sociedad de la información. Es un proceso de exigencia evolutiva que recorre la honestidad en el proceso de producción, y que actúa con criterios de sostenibilidad y respeto al medio ambiente.
En España, Adela Cortina, quien es ampliamente reconocida por su dedicación desde hace algunos años al estudio de este tema, escribió un libro clave para la comprensión y el estudio de la ética empresarial: Ética de la Empresa; donde define las claves de la nueva cultura empresarial. Tanto en esa como en otras publicaciones, la autora se propone aplicar una ética cívica que significa autonomía, solidaridad y tolerancia activa al ámbito empresarial, entendida ésta como modelo comunitario.

Otro de los criterios relacionados con la ética empresarial es expresado por Robert C. Bolomon, en sus obras "Above the bottom line" y "It’s good business", en las que defiende que la empresa tiene obligación no sólo con el accionista, sino también con el consumidor y la comunidad, en tanto que su objetivo es el de ofrecer servicios de calidad al público sin perjudicar a la sociedad.
A través de la construcción de una cultura empresarial ética se garantiza la transparencia y la equidad en las relaciones de las organizaciones

Muchas organizaciones se auxilian de programas integrales de ética empresarial, contando de esa manera con una herramienta de manejo gerencial con la cual buscan establecer colectivamente un sistema de valores compartidos que incorporan al proceso de toma de decisiones, y que adicionalmente, permite incrementar su competitividad.

A través de la construcción de una cultura empresarial ética se garantiza la transparencia y la equidad en las relaciones de las organizaciones. Todo lo anterior se orienta a la optimización de las condiciones de vida de las personas que trabajan en la organización y de los grupos de interés que interactúan con ella, tales como: accionistas, socios, clientes, proveedores, favoreciendo así la construcción del bien común.

Las empresas que poseen una cultura empresarial ética poseen rasgos que les confiere un sello distintivo con relación al resto de las organizaciones. Una de esas características es lograr involucrar a todos los miembros de la organización. De esta manera, estos contribuyen a lograr la excelencia empresarial traducida en la creatividad, innovación, redistribución de beneficios, políticas de formación permanente del personal; empresarios participativos y horizontales, desarrollo del sentido de pertenencia, entre otros aportes. El conjunto de todos estos rasgos constituyen exigencias que los nuevos retos plantean a la gestión empresarial.
  La empresa ética regida por la transparencia
Carlos Ráfols, defiende esta teoría basándose en que en la sociedad de la información sólo una empresa ética, es decir regida por el principio de la transparencia, logrará una sólida implantación en un mercado que cada vez será más global. Asevera además que: "la empresa ética es la empresa del futuro por razones de dignidad humana, de lógica empresarial en la globalización y de extensión del conocimiento". Puntualiza al respecto que: "una ética basada en el principio de transparencia actúa a un doble nivel. Responsabilidad, autoridades y relaciones han de ser transparentes, pero además hay que tener en cuenta que el principio de transparencia exige tener claro quiénes son las partes interesadas, estas pueden ser internas (los que trabajan en la empresa), externas (consumidores, proveedores, accionistas, financieros, y comunidad local, entre otras), o simplemente, ausentes (generaciones futuras a quienes la actividad presente de la organización puede producir alguna carga)".

Hay procesos en la sociedad civil que llevan a la mejora de las empresas tanto en el ámbito tecnológico como a nivel de su exigencia ética. Cualquiera que adquiere un producto tiene derecho a una serie de garantías técnicas, empezando por una completa seguridad de que el producto que ha adquirido funcionará. Y de la misma manera que se va produciendo una verificación tecnológica certificada con criterios objetivos, se habrá de ir avanzando en la idea de una ética con criterios de transparencia, porque la apuesta ética implica la forma de calidad industrial y tecnológica que desarrolla mecanismos de confianza en el mundo actual.

El objetivo de una empresa, según José Luís Fernández, en su libro Ética, Responsabilidad social y Modelos de Empresa, es avanzar sobre algo seguro en el camino hacia la institucionalización de unas prácticas más éticas en el mundo de las negociaciones. Lo que se trata es de crear valor, generar riquezas, optimizar las inversiones, pero no de cualquier forma y a costa de lo que sea; sino por el contrario, desde el exquisito respeto al buen hacer y desde la atención prudente al impacto de la dimensión social y medioambiental, previendo las consecuencias de las acciones, o sea con una consciente responsabilidad social.
La transparencia también implica que la información esté disponible sin trabas o requisitos, que sea comprensiva al incluir todos los elementos relevantes
El concepto de transparencia en el ámbito empresarial se refiere a la apertura y flujo de información de las organizaciones al dominio de todo. Esto la vuelve accesible a todos los posibles actores interesados, permitiendo su revisión y análisis, y la detección de posibles anomalías.

La transparencia incluye cuestiones como la publicación de cuentas y presupuestos auditados, estadísticas financieras, comerciales y monetarias, entre otras. La transparencia también implica que la información esté disponible sin trabas o requisitos, que sea comprensiva al incluir todos los elementos relevantes, que sea confiable y de calidad, y que permita tanto una contribución al diseño de políticas, así como a dar certidumbre y confianza a las organizaciones.

Si bien se puede argumentar que la transparencia puede obstaculizar el logro de ciertos objetivos, en las áreas de mayor interés para los empresarios siempre será preferible la mayor transparencia posible, atendiendo tanto a valores de justicia y equidad en la asignación de recursos, como a su viabilidad misma, a través de la participación colectiva en la toma de decisiones.

En este sentido, según Díaz Ortega, refiriéndose a la transparencia en el ámbito financiero nos dice: "se invoca a la transparencia por ser necesaria a los procesos de decisión eficientes, por que sus efectos debe aminorar los efectos redistributivos que provoca la información asimétrica."

Se refiere también el autor a que "la transparencia es un principio fundamental en el mercado financiero. Implica la presencia de información relevante, de manera suficiente, fidedigna y oportuna sobre las empresas emisoras y sus emisiones, sobre los intermediarios y los productos o servicios que ofrecen."

domingo, 22 de enero de 2012

MERCADO DE LA PIRATERIA EN EL PERU

Piratería: "….entendida como la actividad ilícita de quienes sin contar con la debida licencia y/o autorización del autor, del productor u otro titular, o sus representantes, realizan reproducciones de ejemplares o mercaderías que se encuentran protegidas por el Derecho de Propiedad Intelectual. Son los "piratas" quienes efectúan las réplicas sin control de calidad, sin pagar al fisco ningún de tributos, situación que de por sí los coloca en una posición privilegiada de quienes cumpliendo con la ley, pagan sus tributos y ofreciendo productos con calidad legalmente exigibles."

La piratería de libros en el Perú es de gran dimensión por lo que se percibe a simple vista en los puestos informales y cuenta con excelentes mecanismos de distribución, los cuales permiten que los piratas alcancen una gran rotación. Se observa que los libros nuevos que salen al mercado son pirateados con gran rapidez, incluso se da el caso, en que llegan a ser vendidos antes del lanzamiento del libro original en el país.

Todos estos factores determinan que no se tenga una aproximada del tamaño de la piratería editorial en el Perú, lo cual conlleva a serias repercusiones: no se puede determinar el gran impacto negativo de la piratería sobre la economía nacional (evasión de impuestos, por ejemplo) y sobre las editoriales y librerías formales. Asimismo, resulta primordial disponer de cifras que ayuden a la población a tomar conciencia acerca de la importancia de respetar los derechos de autor, pues con estos el país en conjunto se beneficia; ya que una mayor oferta de libros contribuirá a mayores ganancias para este sector, y en consecuencia, los precios de los libros originales disminuirán.

Piratería: causas, evolución y consecuencias

Existen varias causas que dieron origen a la piratería. Una de las más resaltantes es que, a pesar de la existencia de legislación que protege el Derecho de Autor y la propiedad intelectual, no existen sanciones drásticas y efectivas para estos delitos: hasta ahora en nuestro país no se ha registrado ningún caso de una persona condenada a prisión efectiva por el delito de piratería editorial.
Durante la década del ochenta nuestro país no se hallaba abierto al libre comercio y la piratería encontró un aliciente en la dificultad de acceder a las obras protegidas que provenían del . Esto se vio ampliamente magnificado por el alto costo del ejemplar lícito y por el tardío de la obra al mercado.

En la década del noventa, cuando se liberalizó el mercado en nuestro país, se accedió a avances tecnológicos que disminuyeron muchos de los costos relacionados a la reproducción, impresión, grabación, etc. Esto contribuyó a disminuir los costos de "piratear" obras y a la vez a automatizar dicho proceso.

Niveles de Piratería en el Perú

El reducido nivel de protección de los derechos de intelectual y el cumplimiento de las leyes pertinentes son elementos críticos para el crecimiento de la industria del libro en nuestro país. A medida que avanzamos hacia la Era de la Información, las industrias que dependen de tal protección tienen el potencial de crecer más rápidamente que otras industrias nacionales. Para fomentar tal crecimiento hay que estimular y salvaguardar la inversión en esos sectores.

En noviembre del 2003, se inicio las negociaciones para que el Perú sea integrante del Tratado de Libre Comercio, dicho convenio tiene entre sus objetivos, eliminar obstáculos del y facilitar la circulación fronteriza de bienes y servicios con Estados Unidos. Medida que beneficiaria sustancialmente a nuestro país, en el incremento de las oportunidades de inversión, para ellos se requiere de estabilidad jurídica y el cumplimiento de las normas por parte del Estado.

Para que Perú sea considerado país elegible, requirió ser eliminado de la lista de observación de países con perdida económica debido a la piratería. Con este fin, la Alianza Internacional de la Propiedad Intelectual elaboro a fines del 2002 un cuadro estadístico referido a los niveles de piratería entre los años 1996 y 2001.

Lamentablemente, la información estadística no ha sido cuantificada hasta el momento, a diferencia de otras industrias como la del software, grabaciones musicales y otras los cuales si presentan niveles. Sin embargo, las perdidas estimadas entre los años de estudios mencionados anteriormente, se mantiene en 10 millones de dólares. Entre el 2000 y el 2001, esta cifra se redujo a 9 millones de dólares.

Finalmente, el problema de la piratería de libros en el Perú no solo afecta económicamente a la industria editorial, sino que además genera problemas de índole ético y educativo. Ético, porque se convierte en una actitud similar a la de Robin Hood "Robar para darselo a los pobres", es decir no interesa de donde proviene el material incautado, sino a quienes de les beneficiara. Por esta razón, los piratas son denominados "Los Populizadores de la Cultura". En el plano educativo, porque la población no esta concientizada que la propiedad intelectual es la forma tangible de proteger una obra literaria y que esta protección lo beneficia económicamente.

DERECHO DE AUTOR - PREGUNTAS FRECUENTES

El derecho de autor es una rama del Derecho a la Propiedad Intelectual y es el que se refiere a los atributos legales que tienen los autores sobre las obras artísticas y literarias que son fruto de su creación. El derecho de autor es aquel que protege todas las obras creadas por el ingenio humano. Por ejemplo, es el derecho que tiene el escultor sobre sus esculturas, el pintor sobre sus cuadros, el escritor sobre sus libros, el creador de un programa de computación sobre su software, el artista intérprete sobre sus interpretaciones, entre otros.

¿Por qué hay que promover la protección de la propiedad intelectual?
La protección de la propiedad intelectual es fundamental porque genera el desarrollo socio-cultural y económico de los pueblos. Hoy en día, los países más competitivos son aquellos que fomentan la creatividad de sus habitantes. Una protección de los valores intelectuales y creaciones en general, genera riqueza y aumenta el nivel de vida de las personas.

¿Qué tipos de propiedad intelectual existen?
La propiedad intelectual está dividida en dos grandes rubros: el derecho de autor y la propiedad industrial.

¿Qué se entiende por derecho de autor?
El derecho de autor constituye una rama especializada del derecho que regula uno de los aspectos de la propiedad intelectual, aquella que se ocupa de las distintas relaciones jurídicas y los atributos de los autores en relación a las obras literarias y artísticas fruto de su creación.

En este sentido, el derecho de autor es el que tiene que ver con la propiedad del escultor sobre sus esculturas, del pintor sobre sus cuadros, del escritor sobre sus libros, del creador de un programa de computación sobre su software, de los artistas intérpretes sobre sus interpretaciones, entre otros

¿Como se obtiene la protección?
En el caso particular del derecho de autor, la protección se obtiene de manera automática con la creación y no se encuentra sujeta a formalidad alguna. La propiedad industrial, en cambio, sí requiere el registro ante la autoridad competente para garantizar la protección.
¿Qué es una obra?
Una obra es toda creación intelectual original que tiene la capacidad de ser divulgada o reproducida en cualquier forma conocida o por conocerse. Estas pueden ser literarias o artísticas. Las literarias son toda creación intelectual expresada mediante un lenguaje determinado. Por ejemplo, las novelas, los cuentos, los textos didácticos y científicos, las compilaciones, las conferencias, los programas de ordenador, los lemas y las frases, entre otras.

Entre las obras artísticas se encuentran las pinturas, las esculturas, las fotografías, las obras dramáticas, pantomímicas y escénicas, las obras audiovisuales, las obras de arquitectura, entre otras.

¿Quiénes pueden ser autores?
El ser humano es el único capaz de producir creaciones intelectuales. En consecuencia, todas las personas –y únicamente ellas- pueden ser autores.

¿Qué otras formas de titularidad existen?
La coautoría en el caso de obras colectivas y en colaboración.La de las obras anónimas o bajo seudónimo.La de las obras creadas bajo una relación laboral o por encargo.

¿Qué es la coautoría?
Cuando son varios los autores que han contribuido a la creación de una obra - trabajando juntos o por separado-, hablamos de coautoría.

En el caso de las obras en colaboración, los derechos sobre la obra corresponden a todos los coautores. Por ejemplo, si 5 profesionales de distintas ramas de la ciencia han contribuido en la elaboración de una enciclopedia, todos son autores –coautores de dicha obra.

En el caso de las obras colectivas que son creadas por iniciativa y bajo la coordinación de una persona jurídica o física, se atribuye los derechos a quien tiene la iniciativa de crearla. En las obras audiovisuales y programas de ordenador se presume, salvo pacto en contrario, que los coautores han cedido en forma exclusiva los derechos patrimoniales al productor.

¿Quién es titular en el caso de obras anónimas y seudónimas?
En estos casos, el ejercicio de los derechos corresponde a la persona natural o jurídica que divulga estas obras con consentimiento del autor, cuando así lo desee.

ÉTICA Y DERECHO A LA PROPIEDAD

El derecho de propiedad es el principio unificador universal de todos los demás conceptos éticos: considera todo como un recurso que puede ser poseído, como algo bajo el control y la responsabilidad de un agente que puede utilizarlo según sus preferencias. El derecho de propiedad es la solución al problema de construir un sistema normativo ético, la respuesta que da contenido al requisito formal de universalidad y adecuación a la naturaleza humana. La propiedad es el ámbito de la realidad respecto al cual las valoraciones de una persona, el propietario, son relevantes y son las únicas relevantes. El propietario es la persona, y las propiedades sobre las cuales tiene derecho son todas aquellas cosas que puede utilizar y controlar de forma legítima sin intromisión violenta de otros y sin entrometerse en la propiedad de otros. El derecho de propiedad es privado, incluye al propietario y excluye a todos los demás.

El derecho de propiedad significa realizar una partición de todas las entidades reales sobre las cuales los seres humanos pueden tener un conflicto. Una partición es una división lógica de un conjunto universo (todo aquello que puede ser poseído) en subconjuntos disjuntos (intersección nula) cuya unión sea el conjunto universo completo. El derecho de propiedad impone así límites colaterales a los ámbitos de control de los seres humanos. El derecho de propiedad de una persona puede considerarse absoluto en el sentido de que no entra en conflicto con los derechos de propiedad de otros propietarios.
Los conflictos se producen si varias personas pueden reclamar derechos exclusivos sobre la misma entidad. Para evitarlo la relación de propiedad asigna siempre que sea posible a cada entidad o recurso potencialmente conflictivo un solo propietario, la persona legitimada para decidir qué hacer o no hacer con esa cosa. El derecho de propiedad es la legitimación de la posesión. La posesión es algo físico, el control efectivo de algo; la propiedad es un derecho ético, la legitimación del control en un ámbito concreto limitado. Cada persona es propietario o dueño de un conjunto de cosas, y las propiedades de dos personas distintas son conjuntos disjuntos, sin elementos comunes, de modo que cada uno decide sobre lo suyo.

En ciertas situaciones un grupo de personas (dos o más) pueden compartir la propiedad de algo, pero entonces sólo son propietarios parciales de esa cosa y queda un residuo de posibilidades de conflictividad si no se ponen de acuerdo acerca de su utilización. La propiedad colectiva es más problemática cuanto mayor sea el colectivo de propietarios y cuantos más usos alternativos posibles tenga el objeto de propiedad. Si la propiedad individual es posible siempre es más adecuada que la colectiva; los grupos de propietarios más pequeños son más adecuados que los grandes. Es posible compartir recursos entre propietarios individuales de acuerdo a normas pactadas de antemano; es mucho más difícil llegar a derechos de propiedad individuales a partir de grupos inicialmente colectivistas. Sea individual o colectiva la propiedad por lo menos localiza el conflicto porque excluye a todos los no propietarios.

La propiedad es una relación entre un sujeto (persona, propietario, dueño, sea individual o colectivo), y un objeto (material o inmaterial). El concepto de derecho de propiedad supone la identificación de unas entidades, los propietarios, dueños, amos o sujetos de propiedad, que dominan otras entidades, los objetos de propiedad, pertenencias o haberes. El derecho de propiedad establece una relación de legitimación del control de los dueños sobre sus posesiones frente a otras personas. Si la propiedad es la legitimación del control, sólo puede ser plenamente propietario el sujeto ético, aquel ser humano que es capaz de argumentar en términos éticos y tomar decisiones sobre sus objetos de propiedad. Es fundamental estudiar según qué criterio un ser humano es considerado sujeto ético, persona con plenos derechos, ya que esto tiene consecuencias fundamentales sobre la aplicación de las normas éticas. Todos los títulos de propiedad deben estar en manos de personas vivas, adultas y capaces de entender argumentaciones éticas. No tiene sentido hablar de derechos de personas fallecidas o todavía inexistentes como las generaciones futuras.

La ética humana considera propietarios a los seres humanos, a las personas, y como objetos de propiedad cualquier entidad que pueda ser utilizada como un recurso de la actividad humana. Los propietarios son los sujetos sobre los que rigen las normas de la ética: son los seres cognitivos desarrollados, los seres humanos racionales y emocionales, capaces de argumentar, de sentir, de valorar y elegir voluntariamente, y de aceptar responsabilidades. No tiene sentido aplicar la ética humana, sus deberes y derechos, a seres que carecen de las facultades cognitivas necesarias, ya que no son sujetos éticos.

El derecho de propiedad privada es el concepto fundamental de las normas éticas, la condición natural de existencia necesaria para la supervivencia del ser humano. Como los seres humanos intentan utilizar los mismos medios escasos, pueden darse conflictos que deben ser resueltos mediante asignaciones legítimas de recursos, mediante la delimitación de ámbitos de control en forma de derechos de propiedad. La ética intenta minimizar y resolver los conflictos mediante la adjudicación de dominios sobre los cuales el propietario o dueño está legitimado para decidir. Los derechos de propiedad legítimos definen restricciones inviolables, no pueden solaparse o superponerse (sólo puede haber un propietario pleno sobre algo) y no admiten excepciones. Los derechos de propiedad deben ser tan distinguibles y reconocibles como sea posible. Los límites de la propiedad deben ser claros para distinguir entre lo mío y lo ajeno, de lo contrario no se evitan los conflictos, pues no se sabe con seguridad dónde acaba lo que pertenece a cada uno.

El ser humano es autónomo en el ámbito de su propiedad porque puede imponer sus propias leyes sin intromisión ajena y respetando que los demás puedan hacer lo mismo en sus ámbitos de propiedad. El derecho de propiedad es una metanorma: el propietario está legitimado para imponer las normas que desee, prohibiciones u obligaciones, a otras personas que quieran utilizar sus posesiones. Si alguien puede legítimamente imponer normas respecto a algo deber ser considerado su propietario. Estas normas particulares ya no son en general universales, sólo se refieren al ámbito de propiedad del dueño, no pueden extenderse por la fuerza a la propiedad ajena. Cada persona manifiesta sus preferencias según el uso que hace de su propiedad y cómo la comparte o no con otros.

Las normas sociales que van más allá del derecho natural de propiedad no pueden exigirse por defecto de forma universal: las leyes sólo son legítimas si los propietarios afectados las aceptan voluntariamente mediante un contrato, y sólo afecta a los participantes en el acuerdo. Salvo que exista un contrato al respecto, nadie está legitimado para forzar a otro a realizar un acto positivo, o para impedirle realizar cualquier acto pacífico, ya que esto viola la propiedad de dicha persona sobre sí misma. Nadie está obligado a aceptar normas que no sean parte de la ley natural y que se le imponen violentamente, sin su aceptación. Es legítimo negarse a cumplir las normas coactivas y luchar contra ellas mediante la desobediencia, el desacato o el uso legítimo de la fuerza para la defensa y la justicia.

La propiedad es la legitimación jurídica de la posesión, del uso físico de algo. Todos los bienes económicos son controlados por algún actor, y la propiedad de estos bienes utilizables no puede ser abolida sino solamente transferida. La ausencia de derechos de propiedad implica que los más astutos, fuertes y violentos poseen los bienes. El concepto de derecho de propiedad es universal y simétrico, se aplica por igual a todas las personas (de forma abstracta, los derechos concretos son diferentes). Si el objeto desaparece o es inalcanzable (no utilizable, no controlable por nadie) no tiene sentido aplicarle el concepto de propiedad.

La propiedad es aquello cuyo uso, control y disfrute está legítimamente determinado por la voluntad del propietario, excluyendo la voluntad de los no propietarios. Es el derecho absoluto y exclusivo a usar una cosa sin más limitaciones que el respeto a la propiedad ajena, sin la injerencia de los demás. La propiedad privada implica distinción entre propietarios y no propietarios de un objeto de propiedad, y por lo tanto discriminación y exclusión: el propietario elige, y los no propietarios no pueden legítimamente interferir violentamente sobre las decisiones que el propietario toma respecto de su propiedad. El propietario puede compartir, pero no está obligado a hacerlo, y puede discriminar, eligiendo con quién compartir su propiedad.

La ética mínima se limita a indicar y prohibir las acciones ilegítimas: las agresiones contra la propiedad ajena. Por defecto, ninguna persona está obligada a realizar ningún tipo de acción, ni para sí mismo ni para otros. El conocimiento ético mínimo es tan básico y simple que es prácticamente innato para todo ser humano: no agredir la propiedad ajena.

El derecho personal de propiedad es un derecho natural, no convencional: no es el resultado de un consenso. No es el conjunto de la sociedad, ni los legisladores estatales, quienes de forma arbitraria otorgan derechos e imponen deberes a los individuos. Todos los derechos humanos legítimos, no violentos, emanan y son consecuencia lógica del derecho de propiedad. Por ser derechos de todas las personas, no pueden tenerlos unos a costa de otros. No existen derechos ni deberes auténticamente legítimos que violen la propiedad privada. Los derechos personales y de propiedad son la misma cosa: cada persona posee su mente y cuerpo y algunos objetos externos, y puede vivir como quiera mientras respete la propiedad ajena.

El derecho negativo es el derecho natural, equivalente al respeto al derecho de propiedad: prohíbe a los no propietarios violar la propiedad ajena. Cada propietario tiene derecho negativo respecto a sus propiedades y las cosas que pueda hacer con ellas sin agredir los derechos equivalentes de otros. El derecho positivo no es un derecho natural, no se tiene por defecto, se obtiene solamente mediante un contrato artificial, y legitima a cada parte para exigir a la otra parte contratante respecto a la cosa contratada.

El derecho de propiedad implica responsabilidad y tolerancia. La responsabilidad significa que el propietario debe asumir los costes que genere su propiedad y compensar a las víctimas por los daños causados por su propiedad a la propiedad ajena. La propiedad sobre algo no es necesariamente buena para el propietario: el objeto de propiedad puede ser valorado negativamente por el dueño y generar costes no deseados. La responsabilidad es de quien controla, que por defecto es el propietario. Una persona no puede convertirse en propietario de algo que no controla, pero una vez se es dueño se asume la responsabilidad del control, sea consciente o inconsciente, voluntario o involuntario. La responsabilidad depende de los hechos objetivos, de los resultados causados, y no de las intenciones subjetivas; no se ve afectada por atenuantes ni agravantes (como alevosía, nocturnidad, premeditación) si estos no alteran el daño producido.

La tolerancia significa que la propiedad ajena debe ser respetada y no agredida. Lo que haga una persona con su propiedad es asunto suyo. Nadie está legitimado a imponer sus gustos por la fuerza sobre la propiedad ajena. Una persona puede valorar (positiva o negativamente) cosas o actos ajenos a su propiedad, pero estas valoraciones no cuentan éticamente. La propiedad es privada porque quien no es dueño de un objeto no tiene ninguna justificación para imponer por la fuerza su voluntad sobre el uso del mismo. Toda persona puede opinar sobre cualquier realidad, expresar sus gustos y preferencias, pero sus valoraciones sólo justifican actuaciones en el ámbito de su propiedad. Respecto a un objeto de propiedad, la voluntad, la valoración que cuenta, que es legítima, es la del propietario. Ninguna otra tiene relevancia ética.

El propietario puede legítimamente alterar el objeto de propiedad, cambiar su naturaleza, utilizarlo, consumirlo, destruirlo, entregárselo a otra persona mediante un intercambio voluntario (compraventa o donación), cederlo temporalmente con ciertas condiciones (alquiler) o abandonarlo y renunciar a la propiedad del objeto, devolviéndolo a su estado natural, siempre que no haya agresiones sobre la propiedad ajena.

Todos los seres humanos tienen, por defecto, los mismos derechos naturales abstractos, que se resumen en el derecho de propiedad. Es un derecho natural no porque esté en la naturaleza (entendida esta como la realidad no humana) sino porque es el adecuado a la naturaleza humana. El derecho abstracto es el mismo para todos, pero los objetos de propiedad concretos son diferentes para cada individuo (si no fuera así persistirían los conflictos).

Los deberes surgen únicamente mediante los contratos. No hay deberes naturales exigibles mediante el uso de la fuerza. Si no causa daños a la propiedad ajena, el propietario no está obligado a hacer nada. El deber ético es diferente del deber de conciencia, mediante el cual un individuo se siente obligado a algo, u otras personas intentan persuadirle sobre alguna acción, y del deber técnico, el modo de actuación necesario para conseguir algo (para obtener una cierta cosa, la persona debe actuar de cierta forma adecuada). Cualquier persona puede obtener derechos especiales (derechos positivos, limitaciones y exenciones de responsabilidad), mediante acuerdos contractuales con otros individuos.

El comunismo anarquista o anarcocomunismo propone la desaparición del concepto de propiedad, que nadie sea propietario de sí mismo, ni de otra persona, ni de ninguna cosa o entidad. Esto supone la desaparición de la ética, la ausencia completa de normas adecuadas, la renuncia a la resolución de los conflictos. La posesión, el control de las entidades del mundo real, es un hecho innegable que la ética debe legitimar. Es completamente utópico e ingenuo esperar que los conflictos se resuelvan solos gracias a la supuesta buena voluntad y a una irrealizable fraternidad universal entre los seres humanos.

La propiedad privada fomenta la producción y el cuidado de los bienes. La posibilidad de apropiarse de los frutos del propio trabajo incentiva la actividad humana; si se elimina este incentivo, la persona se vuelve improductiva. Los bienes de producción sólo son útiles gracias al trabajo, y el esfuerzo del hombre es estimulado por la idea del beneficio. La posibilidad de disfrutar e intercambiar los bienes fomenta que los propietarios los mantengan o transformen para aumentar su valor: la propiedad no implica agotamiento, degradación o destrucción de los recursos. La responsabilidad ante los daños causados por la propiedad incentiva la atención y el cuidado de la misma; si se elimina esta responsabilidad, las propiedades pueden resultar peligrosas para los demás.

No es que sea malo (entendido de forma absoluta e independiente de las valoraciones humanas) lo que vulnera los derechos individuales de propiedad: el derecho de propiedad es la herramienta conceptual ética que minimiza los conflictos y permite que cada persona persiga sus valores de forma coordinada y sin interferir violentamente sobre los demás. Invadir la propiedad ajena implica generar una asimetría: si dos personas se relacionan respetando cada uno su propiedad, es posible que ambos valoren la relación de forma positiva; si uno agrede a otro, el agredido ya lo percibe como algo malo, lo valora negativamente.

Una norma universal y simétrica que proteja un ámbito inviolable para cada persona implica respetar los ámbitos correspondientes de los demás. Si mis acciones no están limitadas respecto a los demás (ellos no tienen derechos inviolables), entonces las acciones de los demás no están limitadas respecto a mí (yo no tengo derechos inviolables). El derecho de propiedad implica límites a las acciones: no es legítimo utilizar la propiedad ajena sin el consentimiento de su propietario; es legítimo usar la propiedad ajena con el asentimiento de su dueño, el cual tal vez pueda concederse por su generosidad o negociando y ofreciendo algo a cambio. Estas limitaciones pueden parecer empobrecedoras si no se entiende su fundamentación. Con respecto a su propiedad cada persona no tiene más limitación que respetar la propiedad ajena; sin el derecho de propiedad no existe esta garantía, cualquier otro individuo o grupo puede interferir con la acción de los demás y los conflictos se generalizan. La propiedad no viola la libertad ya que la libertad no significa ausencia completa de restricciones sino que queda definida en función del derecho de propiedad.

El derecho de propiedad no se basa en un derecho a la vida preexistente y más básico. El derecho a la vida puede interpretarse como un corolario del derecho de propiedad sobre uno mismo y de la propiedad sobre objetos: es ilegítimo agredir a una persona, herirla o matarla, y es legítimo actuar para mantenerse con vida y progresar (siempre que se respeten los derechos ajenos). El derecho de propiedad está relacionado con la vida porque es la única norma ética universal y simétrica que es funcional, que permite que los seres humanos a quienes se aplica sigan vivos y se desarrollen. Si las normas de conducta de un conjunto de entidades interactivas implican su extinción, entonces esas normas carecen de sentido porque no tienen a quién aplicarse, no sirven para configurar sistemas estables y supervivientes.

Es absurdo afirmar que la propiedad es un robo. La propiedad no puede ser un robo porque el robo requiere de la preexistencia y legitimidad del derecho de propiedad, y el robo implica la violación del derecho de propiedad.